fotografías de los murales del Barrio "La Favorita"
Para ingresar:
 Lo que en otro tiempo fue un barrio prospero, hoy es un llanto humano. Su nombre: “La favorita”. Tal vez les suene mas: “Estación de La Sabana” o “Jiménez con Caracas”. Estas calles vieron nacer el primer edificio con ascensor de la ciudad, además de uno de los más insignes teatros: “el San Jorge” también, perdida a la vista del transeúnte, una imponente construcción que ocupa una manzana, tiene cuatro pisos, arquitectura francesa y que funge de isla en medio de la decadencia, se trata del edificio del Instituto Técnico Central. Talleres de arreglo de motocicletas, un “san Andresito”, unas cuantas residencias venidas a menos, es decir, más a menos, uno que otro bar, prósperos negocios de madera, burdeles - no tan prósperos - y casas destruidas son la realidad de este barrio.
Lo que en otro tiempo fue un barrio prospero, hoy es un llanto humano. Su nombre: “La favorita”. Tal vez les suene mas: “Estación de La Sabana” o “Jiménez con Caracas”. Estas calles vieron nacer el primer edificio con ascensor de la ciudad, además de uno de los más insignes teatros: “el San Jorge” también, perdida a la vista del transeúnte, una imponente construcción que ocupa una manzana, tiene cuatro pisos, arquitectura francesa y que funge de isla en medio de la decadencia, se trata del edificio del Instituto Técnico Central. Talleres de arreglo de motocicletas, un “san Andresito”, unas cuantas residencias venidas a menos, es decir, más a menos, uno que otro bar, prósperos negocios de madera, burdeles - no tan prósperos - y casas destruidas son la realidad de este barrio. 
  Hemos descubierto que hay algo más rápido que la velocidad de la luz: el ojo de los taxistas de Bogotá. Estos tienen la capacidad de ver el verde casi cuatro segundos antes que el resto de los mortales. Hagan la prueba, observen que pasa justo antes que el semáforo cambié, seguro oirán un pito, dos, tres y todos provenientes de un poco amistoso “amarillo”.
Hemos descubierto que hay algo más rápido que la velocidad de la luz: el ojo de los taxistas de Bogotá. Estos tienen la capacidad de ver el verde casi cuatro segundos antes que el resto de los mortales. Hagan la prueba, observen que pasa justo antes que el semáforo cambié, seguro oirán un pito, dos, tres y todos provenientes de un poco amistoso “amarillo”. Yo no sé a ustedes, pero esto del calentamiento global ahora si me está preocupando. Pues muy rico lo de las playitas en la ciclovía, la “mucha piel” de nuestras queridas rolas y el bello azul que a diario nos corresponde. Pero este verano sabemos que no es normal y que tanto sol no es solo bondad: incendios forestales, heladas y niveles de radiación solar históricos para nuestra ciudad.
Yo no sé a ustedes, pero esto del calentamiento global ahora si me está preocupando. Pues muy rico lo de las playitas en la ciclovía, la “mucha piel” de nuestras queridas rolas y el bello azul que a diario nos corresponde. Pero este verano sabemos que no es normal y que tanto sol no es solo bondad: incendios forestales, heladas y niveles de radiación solar históricos para nuestra ciudad.