Les informamos a los extranjeros que visitan nuestra ciudad por estos días que durante su estadía en Bogotá pueden estar propensos a:- Llegar a una ciudad con un cielo azul, algunas nubes blancas y un calor extraño para una ciudad a 2600 metros de altura (eso si, puede llover en cualquier momento)
- Una ciudad donde los parques están por doquier, árboles, sillas, pasto, palomas. El cemento nos quiere ganar la batalla pero aún no lo ha logrado.
- Ver que en la acera (andenes) hay una cinta asfáltica… se trata de nuestra red de ciclorutas, transporte limpio y barato que poco a poco va ganando terreno entre los ciudadanos.
- Una ciudad que aún, con esfuerzo, mantiene varios humedales (pantanos) y senderos naturales donde varias especies se reproducen, vuelan, caminan y serpean. (Y no es un zoológico, es al natural)
- Conocer una ciudad donde el peatón tiene pocos, o mejor, mínimos derechos frente a los automóviles (en cada esquina hay que mirar para lado y lado)
- Caminar por una ciudad llena de atractivos arquitectónicos, bellas edificaciones, mobiliario urbano y una cruda realidad social en casa semáforo.
- Transportarse en un sistema masivo llamado Transmilenio, llegará rápido a su destino y se habrá estrujado con todo tipo de habitantes (Precaución: cuide sus nalgas y su billetera)
- Mejor dicho, usted está propenso a conocer una ciudad con miles de oportunidades para pasarla bien, con las normales incomodidades de una gran urbe y con la posibilidad de apreciar por si mismo que Bogotá es [+] que DC.
Aclaración: Tenga en cuenta que aquí puede ser robado por la delincuencia común (como en cualquier parte del mundo), puede ocurrir un atentado terrorista (como en todo el mundo) y puede que el taxi le cobre el doble de lo establecido (como en todo el mundo), eso sí, ¡Bogotá no es una ciudad como las otras del mundo!






Bogotá se prepara para ser la capital del libro en 2007. Parece que más que pancartas, afiches y eventos a punta de “güisqui”, la ciudad quiere ser un espacio donde la cultura en forma de libros, papel y tinta se convierta en parte de su desarrollo. Y es que no se trata de construir mas bibliotecas públicas (que lo van a hacer), se trata de hacer de la lectura y la escritura toda una vivencia transversal en la vida de la ciudad, el decreto lo plantea, amarra los recursos y asigna responsables. Depende de nosotros, los ciudadanos, hacer que esta ley se cumpla y apoyar con nuestra participación estas iniciativas y así convertir a Bogotá en el espacio donde los párrafos, las ideas, las historias, las letras, puntos y comas sean el inicio de una nueva forma de ser ciudad.

