
- Llegar a una ciudad con un cielo azul, algunas nubes blancas y un calor extraño para una ciudad a 2600 metros de altura (eso si, puede llover en cualquier momento)
- Una ciudad donde los parques están por doquier, árboles, sillas, pasto, palomas. El cemento nos quiere ganar la batalla pero aún no lo ha logrado.
- Ver que en la acera (andenes) hay una cinta asfáltica… se trata de nuestra red de ciclorutas, transporte limpio y barato que poco a poco va ganando terreno entre los ciudadanos.
- Una ciudad que aún, con esfuerzo, mantiene varios humedales (pantanos) y senderos naturales donde varias especies se reproducen, vuelan, caminan y serpean. (Y no es un zoológico, es al natural)
- Conocer una ciudad donde el peatón tiene pocos, o mejor, mínimos derechos frente a los automóviles (en cada esquina hay que mirar para lado y lado)
- Caminar por una ciudad llena de atractivos arquitectónicos, bellas edificaciones, mobiliario urbano y una cruda realidad social en casa semáforo.
- Transportarse en un sistema masivo llamado Transmilenio, llegará rápido a su destino y se habrá estrujado con todo tipo de habitantes (Precaución: cuide sus nalgas y su billetera)
- Mejor dicho, usted está propenso a conocer una ciudad con miles de oportunidades para pasarla bien, con las normales incomodidades de una gran urbe y con la posibilidad de apreciar por si mismo que Bogotá es [+] que DC.
Aclaración: Tenga en cuenta que aquí puede ser robado por la delincuencia común (como en cualquier parte del mundo), puede ocurrir un atentado terrorista (como en todo el mundo) y puede que el taxi le cobre el doble de lo establecido (como en todo el mundo), eso sí, ¡Bogotá no es una ciudad como las otras del mundo!