
Los malos alcaldes en Bogotá sólo hacen parte la historia ya no tan reciente de la ciudad. Algunos cometen errores, pero hacer una mala alcaldía es técnicamente imposible. La veeduría ciudadana, la presión de los medios de comunicación, la responsabilidad histórica, la organización administrativa que se está logrando y muchos otros factores generan la necesidad de hacer las cosas bien y mejor que en el pasado. Afortunadamente los últimos cinco alcaldes han aprendido del anterior y con su nuevo estilo jalonan la ciudad hacia un futuro posible que se vislumbra en el presente.
La ciudad cada día es más. Los problemas abundan, la infraestructura es insuficiente. Cada obra inaugurada, no llena el vacío que requieren otras diez de su estilo. Pero el desarrollo se percibe. Cada periodo de gobierno deja ver problemas que en el anterior no se observaban.
Viene una nueva etapa. El listón quedo alto pues luego de Castro, Mockus, Peñalosa y Garzón, la prueba es difícil, máxime cuando los ojos están puestos en cuál va a ser el estilo y el talante del nuevo gobernante. Si le va bien a él, nos va a ir bien a nosotros. Mi voto no fue por él, pero espero que sus colaboradores, el Concejo y él mismo, estén a la altura de las circunstancias y sigan, con sus decisiones, construyendo una ciudad más humana, más incluyente, más cómoda, más educada…. Una Bogotá que sea [+] más que el DC.
La ciudad cada día es más. Los problemas abundan, la infraestructura es insuficiente. Cada obra inaugurada, no llena el vacío que requieren otras diez de su estilo. Pero el desarrollo se percibe. Cada periodo de gobierno deja ver problemas que en el anterior no se observaban.
Viene una nueva etapa. El listón quedo alto pues luego de Castro, Mockus, Peñalosa y Garzón, la prueba es difícil, máxime cuando los ojos están puestos en cuál va a ser el estilo y el talante del nuevo gobernante. Si le va bien a él, nos va a ir bien a nosotros. Mi voto no fue por él, pero espero que sus colaboradores, el Concejo y él mismo, estén a la altura de las circunstancias y sigan, con sus decisiones, construyendo una ciudad más humana, más incluyente, más cómoda, más educada…. Una Bogotá que sea [+] más que el DC.








Vista desde arriba, Bogotá es una ciudad diferente. A 10 pisos de altura es una ciudad soñada. El cielo azul y los rayos de sol que pasan por entre las nubes se reflejan en el pavimento, en la gente, en los automóviles y la hacen ver como un paisaje hecho por la mano de un artista. A 10 pisos de altura el silencio no deja sentir el trajín de la capital. El tráfico y el pasar de los carros se ven suaves y fluidos. La gente sin afanes recorre su ciudad, la aprecia y la respeta. A 10 pisos de altura, añoro la ciudad.





