¡[+] agüita para mi gente!

Los cielos azules tardarán varios meses en volver. Nos llegó el “invierno”, ese que no trae nieve, pero sí un frío que llega hasta los huesos. Y que trae agua en todas sus formas: Lluvia gruesa, que pega al tocar el cuerpo; lluvia delgadita, que no moja pero si enfría; lluvia de lado, que ningún paraguas detiene. Lluvia sólida: ¡granizo! Para lanzarle al amigo, para hacer muñecos de “nieve” y que daña las maticas de la abuelita.

Esta es la época en que las botas de los pantalones permanecen sucias y “emparamadas”. Los zapatos empiezan a filtrar la humedad y las medias, de algunos, delatarán su falta de higiene. ¡Dios nos libre de los olores en el transmilenio a las horas pico! Mejor dicho agüita sí no nos va faltar por estos días.

¿Inundaciones? Ya casi vienen esas noticias, -Que la calle de mi barrio se inunda-, ¿qué dónde está el acueducto?, buena pregunta. ¿Pero por qué se tapan la alcantarillas? pues porque nosotros botamos todo lo que se nos ocurre a la calle. Y dónde va a parar eso, pues al sistema de recolección de aguas. Así que cada uno a lo suyo: la empresa a ser competente con sus funciones y nosotros, los ciudadanos, a cuidar con pequeños detalles nuestra ciudad.

Época de frío, oportunidad de vestirse con ese “saquito” de rayitas que hace tiempo no nos ponemos, tiempo de caminar abrazados protegidos por la sombrilla, época de ponerle corazón y calor a esta ciudad que aunque esté a 5 grados siempre está [+] caliente.

¿Cómo calentamos esta época?